Este suceso a mi me prueba muchas cosas ya bien sabidas: El Tuca es muy corajudo, los mexicanos somos muy racistas, manejamos muy mal en México, los políticos politizan todo, no conviene tener un superauto y menos en México.
Si yo tuviera un Ferrari y me lo chocan creo que me pondría igual de molesto que el Tuca. No sé si diría las mismas groserías, pero si diría una que otra. Si la vez que choqué mi carcancha duré como una semana enojado con la vida y conmigo mismo.
Ahora que me parece increíble que el conductor de la camioneta no haya visto el Ferrari. Un super deportivo color rojo y con el cabalino rampante como insignia. Si yo tuviera que reversear teniendo un Ferrari detrás no podría dejar de verlo con el corazón palpitando al máximo y con las manos sudorosas.
Impresiona que en los comentarios al final de las notas en internet del percance del Tuca Ferretti están llenas de comentarios en los que se le critica por ser extranjero y enojarse en México contra algún mexicano tenga o no tenga la razón. Siempre la doble moral del mexicano que se queja de que los gringos o "gueritos europeos" nos tratan mal, pero queremos tratar mal a otros extranjeros latinoamericanos o de razas no blancas.
Tenga o no el Sr. Ferretti de ponerse como energumeno cada que se molesta no tiene que ver con el hecho de que haya nacido fuera de México. Además, si mi memoria no me falla el vive en México desde los años occhenta, osea que cuando menos ya tiene 26 años en el país aunque grite CADGAJO!! cuando se enoja.
Iba a escribir que el hecho de que el Tuca tenga un automóvil Ferrari último modelo es una prueba de que en México se le paga demasiado a los que están en el negocio del futbol. Pero reflexionando me doy cuenta que decirlo así es tener la actitud de aquella bandeja de cangrejos mexicanos del cuento: En el que un pescador tiene un balde tapado con cangrejos y otro destapado con cangrejos y algún metiche pregunta ¡Oiga!¿Por qué tiene ese balde con cangrejos tapado? Es que son cangrejos japoneses, le respondieron, y si los tengo destapados uno se sube arriba de otro, luego el otro, hasta que uno se sale del bote y así empiezan a escapar todos. ¿Y en ese otro balde porque no están tapados? ¡Ah! Es que esos son cangrejos mexicanos y cuando uno de ellos quiere salir los otros lo jalan para que no se salga. Fue la triste respuesta.
Así que replanteo. En México hay una gran brecha entre los salarios de los trabajadores y el de los altos directivos. Para no hablar simplemente entre la gran diferencia de ingresos entre el decil más bajo y el más alto de la población según Inegi.
¿Cómo es posible que alguien con el salario mínimo no pueda aspirarse a comprarse digamos una Italika en Electra o más triste yo un Audi A3 coupé y El Tuca ande muy corajudo en su Ferrari?
Ya salió una carta abierta de un sobrino del señor que chocó al Tuca, que resultó ser funcionario o ex funcionario del municipio San Pedro, Nuevo León. En ella le reclama al Tuca y le da cátedra de civismo y buenos modales. Desconozco si ese señor es ejemplar como para tirar la primera piedra, pero lo dudo, porque es político, además nunca dice cuanto le debemos del choque. Pero sin duda aprovecha la circunstancia para quedar como el salvador de la moral y las buenas costumbres.
De esto puedo aprender una cosa. Más vale andar en mi carrito tranquilo en la ciudad, en vez de traer un llamativo Ferrari rojo último modelo que me ponga en la mira de todos, menos de los que reversean.
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