Anoche soñé con el diablo y era igualito a Al Pacino. No se qué quería pero mi esposa me despertó a tiempo para no averiguarlo.
Para mi que soy agnóstico y me debato internamente entre mis pensamientos racionales, adquiridos gracias a mis escasos estudios y pocas lectura y mis dogmas espirituales, adquiridos por gusto y por el catolicismo tradicional de mi familia, este personaje es aterrador y fascinante.
La mente es maravillosa. Siempre pensé que mi abuelo a cierta edad tenía un aire a Al Pacino en la película El Padrino III. Tal vez por eso en mi sueño mi abuelo manejaba un viejo sedán Chrysler de su propiedad, de aquellos que tenían asientos corridos tipo banca, yo iba en el asiento de atrás y platicábamos.
En algún momento en mi sueño mi abuelo se transformó en el diablo Al Pacino y de ser cordial y amable, empezó a recriminarme cosas. Obvio yo entré en pánico.
En ese momento en el sueño utilicé un truco mental (o religioso) que me sirve para apartar malos pensamientos de mi cerebro cuando alguien empieza a hablar de fantasmas, desaparecidos, aparecidos, etc.: Invoco a Dios.
Si algún conocido que creía que soy ateo siente ganas de de dejar de leerme les recuerdo que soy agnóstico con fuertes raíces católicas. Pues bien, siempre que estoy solo, es de noche y recuerdo historias de espíritus chocarreros en mi mente inicio una especie de mantra que me tranquiliza: Dios me salvará, si estoy de lado de Dios nada me afectará.
Si, lo sé, viniendo de mi suena cínico, pero estar de lado del mero mero en esos momentos de divagación espiritual me tranquiliza.
Hice el mantra en mi sueño y al empezar a decirlo el Diablo Al Pacino se enojó aún más, pero en ese momento mi esposa me despertó. Me dijo que estaba inquieto, hablando dormido. ¿Casualidad?
Debo decir que si bien no juego ni simpatizo con su equipo, siempre me ha parecido interesante Lucifer. Obra maestra de Dios. Desterrado por su vanidad y molesto con el nuevo favorito de Dios: El Hombre.
Sin embargo, el Diablo juega con las reglas de Dios. El no es un titiritero. No obliga. Es un escenógrafo. Pone todo para hacerte pecar y caer solo y demostrarle así con cada uno de nosotros a Dios que se equivocó de favorito.
Libre albedrío. Eterna batalla que se da en el cielo o en nuestra mente.
Espero no volver a soñar con él. Con mi abuelito Eliseo ojalá soñara diario, pero sin que se transforme en el diablo Al Pacino.
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