martes, 1 de septiembre de 2015

Nuestro bebé viene en camino

El milagro de la vida es algo que se repite día a día. Diario nacen miles de personas y muchas en pésimas condiciones para afrontar la vida que les espera. Sin embargo, ese milagro se vuelve especial cuando lo vivimos en carne propia. En este caso mi vida se llena de felicidad al esperar a nuestro primer hijo.

Fuimos a ver al doctor por segunda vez y nos encontramos con la agradable noticia de que el futuro orgullo de mi nepotismo lleva 9 semanas de sano crecimiento. Escuché su rápido latir de corazón y casi contuve las lágrimas nada más para que le doctor no se burlara de mi sentimentalismo.

A mis 40 años será la primera vez que seré papá. Nunca antes había estado preparado para serlo. Tal vez  siempre se está preparado o nunca está uno lo suficientemente preparado para una paternidad responsable, pero al menos creo que lo enfrento con más alegrías que miedos.

Amo a mi esposa y ella me ama. Así como rápidamente decidimos casarnos al empezar nuestro noviazgo, también decidimos que queríamos formar un hogar y tener hijos. Quiero ser buen padre así como trato de ser buen esposo, me preocupa no ser lo suficientemente bueno en ambos roles, pero se que mi esposa será una excelente madre y eso me motiva más a ser buen papá.

Empiezo a darme cuenta en facebook y en la vida diaria de quienes son las mujeres embarazadas y presto atención, quiero saber cual será la generación de mi bebé. Tal vez alguna de esas mujeres embarazadas tenga algún amiguito o amguita de mi retoño.

Recibir la noticia de que estábamos embarazados fue muy bonito, pero fue más bonito escuchar su corazón y ver en una pantalla negra con interferencias lo que se dibuja como su pequeño cuerpecito en formación. Supongo que conforme sigan los días y visitemos al Doctor empezaré cada vez más a amar la idea de nuestro bebé.

No se si los padres veinteañeros tengan las mismas preocupaciones que yo. Además de preocuparme por que nazca sano(a), bonito(a) e inteligente y preocuparme por brindarle una buena educación y vida me preocupa lo que alcanzaré a ver de su vida con lo que resta de la mía.

Aunque no me considero viejo pienso en la energía que tendré cuando sea adolescente. Si tendré fuerzas para esperarlo en las noches de parranda. Si alcanzaré a ver a mis nietos y hasta que edad. Si iré a una graduación de licenciatura, maestría o doctorado.

Pero no corramos antes de caminar. Me dicen los que ya son papás que duerma bien porque ya no dormiré por cuidarlo. Pero me lo dicen con orgullo, se nota que se desvelaron por sus hijos pero lo volverían hacer cuantas veces sea necesario.

¿Qué si quiero niño o niña? Quiero que nazca bien. Si es Marthita o Carlitos me causa igual de ilusión. Un niño me dejará jugar más brusco con él, le enseñaré a andar en bici, a pelear sucio, a hacer trampas en los juegos y a tratar de arreglar las cosas de las casas. Si es niña espero que sea más cariñosa con su padre y también le enseñaré lo arriba mencionado.

Elma y yo estamos muy ilusionados y más enamorados. Esperamos que todo siga su desarrollo óptimo y que en 6 meses y medio más conozcamos al nuevo amor de nuestras vidas.




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