miércoles, 8 de abril de 2015

Chow Chow mein, perro con piña, tacos al pastor alemán o tacos del perrocarril

Una noticia el día de hoy conmocionó a Tijuana y su eco llegó hasta Mexicali, capital mexicana de la comida china (que de china tiene pocas cosas, entre ellas el nombre, por estar adaptada al paladar de los mexicanos, o a poco creen que allá te dan chiles gueritos y está así de grasosa la comida).

Resulta que lo que siempre sospechamos todos los mexicanos se hizo realidad: Un restaurant de comida china fue denunciado por cocinar perros. Si, al menos en Mexicali siempre sospechamos que la comida china fuera tan barata y abundante. La codorniz siempre hemos pensado que es pichón de esos que defecan sobre nuestros carros pero al parecer no era tan preocupante como que las carnitas rojas fueran de la carne del mejor amigo del hombre.

A toro pasado, o más bien a perro comido, hay algunas inquietantes y urgentes preguntas: ¿Qué tan común es esa práctica entre los restaurantes chinos? ¿Es dañina la carne de perro? ¿Las carnitas coloradas son de perros grandes y los trocitos chicos de algo que parece pollo son de perritos falderos? ¿El uso de carnes "alternativas" se limita a los restaurantes chinos o es de uso común en toda la industria alimenticia? ¿Si últimamente me siento muy bravo es porque comí mucha comida china? ¿Dónde está el cadáver del Perro Aguayo? ¿Qué autoridad revisa los restaurantes y cuantos inspectores tiene?

Claro que también podríamos hacernos algunas preguntas un tanto más filosóficas. ¿Por qué las vacas, puercos, borregos, chivos y pollos si y los perros y gatos no?

En el libro "Armas, Gérmenes y Acero" el biólogo Jared Diamond nos da explicaciones al respecto: en la historia de la humanidad decidimos comernos a los animales que son fácil de manejar, que se reproducen fácilmente (seamos sinceros, a las vacas, puercos, pollos etc, no les da pudor que los veamos en su etapa reproductiva), que no ocupen mucho espacio y que sean económicos de engordar.

De hecho se nos ha dicho que la carne de los depredadores en de mal sabor o venenosa, etc, sin embargo la realidad es que un kilo de carne de león sale muchísimo más cara de producirse que un kilo de carne de vaca. Imaginemos que para hacerse un kilo de carne de león ocupamos que el león coma 10 kilos de carne de vaca y para cada kilo de carne de vaca se necesite que la vaca coma 10 kilos de forraje. Eso significaría que un kilo de carne de león equivaldría a 100 kilos de forraje.

Como se puede ver, el desperdicio de terreno, forraje y agua por comer león sería enorme. Claro, lo más económico para el planeta y para el bolsillo sería comer el forraje de la vaca directamente.

Ahora bien, en aquellas lejanas épocas el perro y el gato tenían una mejor utilidad que el servir de alimento. Los perros eran guardianes de las pertenencias y de la vida propia de los humanos. Los gatos se comían a las ratas y ratones que comían nuestros alimentos almacenados, como los granos .

Así como hubo un contrato social entre los humanos según Rousseau, también lo hubo con nuestras queridas mascotas.  Pero ahora con la proliferación de perros y gatos callejeros, esta carne está más al alcance de aquellos cocineros poco escrupulosos.

Supongo sin ser experto en el tema que el riesgo para la salud de comer carne de perro (o de gato) depende de la higiene en la preparación de los platillos. Al escribir esto aún no siento ganas de ladrar y sólo he orinado postes o árboles cuando salía en parrandas con algunos amigotes.

Recuerdo una plática informal con un grupo de amigos ingenieros agrónomos y zootecnistas que comentaban la gran cantidad de suplementos y hormonas que se le da al ganado para su rápido crecimiento y de esta manera mejor ganancia que me hace pensar que no es tan saludable la carne que compramos en cualquier supermercado de México o de Estados Unidos.

Si alguien me lee y está pensando en mejor volverse vegetariano ante tan tristes revelaciones hay que mencionar que si en algo la mano del hombre se ha hecho sentir y si en algo hemos jugado a ser Dios es en la agricultura.

El maíz que consumimos los mexicanos no es ya el que ingerían los pueblos mesoamericanos. Más aún, el maíz silvestre ya no existe como tal, es una especie que sin la ayuda del hombre no puede sobrevivir. Recuerdo que alguna vez leí que las zanahorias originales no eran anaranjadas, sino blancas, pero los holandeses como tributo a sus gobernantes, la Casa de Orange, hicieron mezclas hasta obtener las bonitas zanahorias que consumimos hoy en día.

Eso sin contar con el hecho de que se utiliza una gran cantidad de agroquímicos para tener nuestras cosechas. Insecticidas y pesticidas son necesarios para tener esos vegetales coloridos y sabrosos que van a nuestra mesa.

En fin, esperemos seguir comiendo como hasta ahora. Sabroso, saludable y sin saber de donde vienen los alimentos que ingerimos.

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