En este mes patrio estamos teniendo una tradición muy mexicana que algunos de los más jóvenes habían olvidado. Ver como nuestra moneda pierde terreno frente al dólar. Al grado de que ya sobre pasa los 20 pesos por cada dólar estadounidense.
En estos tiempos en los que las teorías políticas de derecha nos han recalcado que fenómenos como estos tienen que ver más con los mercados que con la acción del gobierno en la economía surge el debate cibernético. ¿Tiene la culpa el gobierno de México o es simplemente la mala suerte de los vaivenes de la economía internacional?
Claro que la acción del gobierno tiene mucho que ver con la cotización del dólar. Aún y cuando el régimen de nuestro tipo de cambio es de libre flotación, es decir, teóricamente está sujeto a las leyes de la oferta y la demanda, en las cuales si mucha gente quiere comprar dólares lo encarecen o si mucha gente quiere vender sus pesos lo abaratan el gobierno mexicano es un gran jugador que puede por comprar o vender dólares modificar su cotización.
El Banco de México tiene como objetivo principal el defender el poder adquisitivo de los mexicanos y lo hace controlando la inflación en el país, siendo un factor para el aumento de la inflación, sobre todo en la frontera el manteniendo el tipo de cambio.
Aunque los años de tipo de cambio fijo ya pasaron en México y en el mundo es verdad que tanto nuestro país como los demás intervienen en el mercado cambiario para mantener la estabilidad de la moneda cuando los parámetros de su cotización salen de lo planeado.
Sin embargo, la responsabilidad del gobierno en la economía es va mucho más allá que influir en el mercado de divisas. El gobierno influye en la economía como el gran árbitro que pone las reglas para que todos los particulares (sean personas o empresas) interactúen económicamente. De ahí la importancia de tener certeza jurídica para hacer negocios y para vivir, además de la importancia de reglas claras y fomenten el crecimiento económico. Las famosas reformas estructurales que ocupa el país no son un regalo o un logro político, son una responsabilidad de los gobernantes en turno, para eso son elegidos, para mejorar las condiciones para que todos busquemos una vida digna y mejor.
Por otro lado el gobierno es como una gran empresa que tiene personal al cual paga salarios, compra múltiples bienes, desde productos de limpieza, patrullas, terrenos y licita obras gigantescas de infraestructura necesarias para el país. Al realizar esta labor de manera honesta y eficiente, según los economistas keynesianos, estimula la economía y eso logra atraer inversiones de cartera y más importante, productivas que permiten atraer divisas del extranjero, haciendo que nuestro peso gane terreno frente a otras monedas.
¿Tiene la culpa el gobierno mexicano por este deslizamiento de nuestra moneda frente al dólar? En parte no, debido a que las condiciones económicas internacionales han hecho que el dólar se encarezca respecto a la mayoría de las divisas internaciones no son controladas por nuestro país. Pero su responsabilidad inicia con la falta de planeación para enfrentar contingencias como la actual, por no saber poner las condiciones necesarias para un correcto funcionamiento de la economía y un crecimiento sostenido (de esto son culpables varias administraciones) y por no transmitir confianza a los mercados financieros, económicos y sobre todo a la población.
lunes, 19 de septiembre de 2016
martes, 13 de septiembre de 2016
Yo ni tesis hice
Me di cuenta que tenía que obtener 10 en todas las materias los dos últimos semestres para tener 9.5 de promedio en la carrera y de esa manera obtener mi titulación de forma automática, así que decidí no preocuparme tanto e irme por la siguiente opción que era con 8.5 presentar un examen de conocimientos generales para titularme sin necesidad de presentar tesis.
Aún así tuve que aprobar las materias de "seminario de tesis" que se daban los dos últimos semestres para preparar a mis compañeros que si harían tesis y en caso de que no lograra mi promedio, tener que presentar una.
En aquellos años la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) permitía que se presentara como tesis un proyecto de inversión que era obligatorio hacer durante los últimos tres semestres de carrera. Así que en realidad los últimos semestres daban mucha relevancia al desarrollo de un documento que podría ser o no, una tesis.
Fueron en esas clases que me di cuenta de que como estudiante próximo a titularme tenía muchas deficiencias en la redacción de documentos y en la metodología de la investigación. Eso sin contar el talento para investigar lo que verdaderamente es importante.
Aunque me gradué de mi licenciatura sin tesis, si aprendí bastante sobre este documento que muchas veces es una pesadilla para los estudiantes de último semestre y muchas veces el motivo por el cual hay tantos profesionistas sin título.
Aunque un estudiante universitario se ve sometido a varios exámenes por materia durante cada semestre, los cuales tienen como objetivo comprobar que está aprendiendo la materia impartida. Pero al final de esos años de estudio y muchísimos exámenes se le dice que eso no es suficiente. Necesita hacer una tesis que demuestre que está capacitado como profesionista en su área de estudio.
Supongo que la idea romántica de hacer una tesis además de demostrar el grado obtenido fomenta la investigación que tanto necesita el país. Que cada uno de estos documentos que se empolvan en los estantes de las bibliotecas de las diversas universidades del país debería aportar algo valioso para la materia objeto de estudio de la investigación.
La realidad es que la tesis no es más que un tramite sumamente engorroso y su principal logro es que en México haya una gran cantidad de "pasantes" en vez de profesionistas titulados. De ahí que entre los esfuerzos por mejorar la calidad educativa a nivel superior se han dado alternativas de titulación distintas a la tradicional tesis en las universidades de nuestro país.
Un gran problema de la exigencia de hacer tesis para graduar a estudiantes universitarios es que este documento evidencia todas las deficiencias educativas que los jóvenes estudiantes tienen como ortografía, desconocimiento del método científico, redacción y carencias dentro de la carrera que decidieron estudiar.
Obviamente todas estas carencias no tiene caso evidenciarlas al final de su vida como estudiantes.
Aún así tuve que aprobar las materias de "seminario de tesis" que se daban los dos últimos semestres para preparar a mis compañeros que si harían tesis y en caso de que no lograra mi promedio, tener que presentar una.
En aquellos años la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) permitía que se presentara como tesis un proyecto de inversión que era obligatorio hacer durante los últimos tres semestres de carrera. Así que en realidad los últimos semestres daban mucha relevancia al desarrollo de un documento que podría ser o no, una tesis.
Fueron en esas clases que me di cuenta de que como estudiante próximo a titularme tenía muchas deficiencias en la redacción de documentos y en la metodología de la investigación. Eso sin contar el talento para investigar lo que verdaderamente es importante.
Aunque me gradué de mi licenciatura sin tesis, si aprendí bastante sobre este documento que muchas veces es una pesadilla para los estudiantes de último semestre y muchas veces el motivo por el cual hay tantos profesionistas sin título.
Aunque un estudiante universitario se ve sometido a varios exámenes por materia durante cada semestre, los cuales tienen como objetivo comprobar que está aprendiendo la materia impartida. Pero al final de esos años de estudio y muchísimos exámenes se le dice que eso no es suficiente. Necesita hacer una tesis que demuestre que está capacitado como profesionista en su área de estudio.
Supongo que la idea romántica de hacer una tesis además de demostrar el grado obtenido fomenta la investigación que tanto necesita el país. Que cada uno de estos documentos que se empolvan en los estantes de las bibliotecas de las diversas universidades del país debería aportar algo valioso para la materia objeto de estudio de la investigación.
La realidad es que la tesis no es más que un tramite sumamente engorroso y su principal logro es que en México haya una gran cantidad de "pasantes" en vez de profesionistas titulados. De ahí que entre los esfuerzos por mejorar la calidad educativa a nivel superior se han dado alternativas de titulación distintas a la tradicional tesis en las universidades de nuestro país.
Un gran problema de la exigencia de hacer tesis para graduar a estudiantes universitarios es que este documento evidencia todas las deficiencias educativas que los jóvenes estudiantes tienen como ortografía, desconocimiento del método científico, redacción y carencias dentro de la carrera que decidieron estudiar.
Obviamente todas estas carencias no tiene caso evidenciarlas al final de su vida como estudiantes.
lunes, 12 de septiembre de 2016
El derecho a estar equivocado
Gran revuelo mediático ha causado la realización de marchas en favor de la familia tradicional en México, lo cual no es otra cosa que un eufemismo para no decir en contra de las familias entre aquellos que no sean heterosexuales.
Aunque en lo personal no me interesa demasiado el tema, ya que aunque soy heterosexual no me interesa imponer mis preferencias a los demás, me ha llamado poderosamente la atención la reacción en contra de esa postura tradicionalista. La reacción es por demás radical, quienes apoyan los matrimonios llamados igualitarios se molestan, burlan y descalifican a aquellos que están en contra, sin darse cuenta que al hacer eso se ponen en el mismo nivel de intransigencia.
Aquellos que apoyan el matrimonio entre homosexuales son en su mayoría jóvenes, con educación y que se sienten y dicen liberales.
Ellos se creen más libres, pero al mismo tiempo con virulencia descalifican a esos emisarios de pasados que quieren que el matrimonio sea solo entre heterosexuales y con fines reproductivos como si no estuviéramos sobrepoblando este planeta.
He visto que muchos que apoyan el matrimonio igualitario al mismo tiempo se oponen a que los homosexuales puedan adoptar. En lo personal creo que deberían poder hacerlo. Un niño sin hogar recibiría más amor con una pareja gay que en un orfanato. Así como una persona que nace gay lo será en un matrimonio heterosexual, un niño heterosexual lo será aún y si es educado por dos papás o por dos mamás. Sobre la preocupación de que esos niños sean abusados por sus padres homosexuales creo que tienen el mismo riesgo que si son adoptados por una pareja heterosexual.
Volviendo a mi sorpresa ante la intolerancia hacia los intolerantes, creo que muchos no se dan cuenta de la paradoja. Muchos de los que publican en redes sociales en contra de quienes abogan por la familia tradicional lo hacen por seguir a la manada. Por no quedarse atrás en esta nueva tendencia de moda, como si fuera el ice bucket challenge o el poner la banderita del país atacado por terroristas en su foto de perfil.
Repito, creo que los derechos humanos, la igualdad, la civilidad y el respeto por la vida humana e incluso como dijo o dicen que dijo Benito Juárez el derecho al respeto ajeno es la paz, por lo cual creo que deben de poder casarse quien quiera contra quien quiera. Pero de la misma manera los tradicionales tienen derecho a expresar sus ideas aunque estén equivocadas.
Así como Galileo Galilei tenía derecho y razón a decir que era el sol el centro de nuestro universo y no debió ser tratado como lo fue por la iglesia católica, quienes apoyan ideas arcaicas deben ser respetados y convencidos antes que descalificados.
Aunque en lo personal no me interesa demasiado el tema, ya que aunque soy heterosexual no me interesa imponer mis preferencias a los demás, me ha llamado poderosamente la atención la reacción en contra de esa postura tradicionalista. La reacción es por demás radical, quienes apoyan los matrimonios llamados igualitarios se molestan, burlan y descalifican a aquellos que están en contra, sin darse cuenta que al hacer eso se ponen en el mismo nivel de intransigencia.
Aquellos que apoyan el matrimonio entre homosexuales son en su mayoría jóvenes, con educación y que se sienten y dicen liberales.
Ellos se creen más libres, pero al mismo tiempo con virulencia descalifican a esos emisarios de pasados que quieren que el matrimonio sea solo entre heterosexuales y con fines reproductivos como si no estuviéramos sobrepoblando este planeta.
He visto que muchos que apoyan el matrimonio igualitario al mismo tiempo se oponen a que los homosexuales puedan adoptar. En lo personal creo que deberían poder hacerlo. Un niño sin hogar recibiría más amor con una pareja gay que en un orfanato. Así como una persona que nace gay lo será en un matrimonio heterosexual, un niño heterosexual lo será aún y si es educado por dos papás o por dos mamás. Sobre la preocupación de que esos niños sean abusados por sus padres homosexuales creo que tienen el mismo riesgo que si son adoptados por una pareja heterosexual.
Volviendo a mi sorpresa ante la intolerancia hacia los intolerantes, creo que muchos no se dan cuenta de la paradoja. Muchos de los que publican en redes sociales en contra de quienes abogan por la familia tradicional lo hacen por seguir a la manada. Por no quedarse atrás en esta nueva tendencia de moda, como si fuera el ice bucket challenge o el poner la banderita del país atacado por terroristas en su foto de perfil.
Repito, creo que los derechos humanos, la igualdad, la civilidad y el respeto por la vida humana e incluso como dijo o dicen que dijo Benito Juárez el derecho al respeto ajeno es la paz, por lo cual creo que deben de poder casarse quien quiera contra quien quiera. Pero de la misma manera los tradicionales tienen derecho a expresar sus ideas aunque estén equivocadas.
Así como Galileo Galilei tenía derecho y razón a decir que era el sol el centro de nuestro universo y no debió ser tratado como lo fue por la iglesia católica, quienes apoyan ideas arcaicas deben ser respetados y convencidos antes que descalificados.
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