Alguna vez durante mi carrera un economista me dijo que había una ley económica infalible: "No hay nada más peligroso que un pendejo con iniciativa". Al principio me dio mucha risa, me pareció una buena puntada, un comentario jocoso, pero después, recordé la frase, empecé a razonarla y me di cuenta que aunque realmente no es ninguna ley económica es una gran verdad.
Una persona con las ideas equivocadas, pero mucha iniciativa puede ocasionar un gran daño para él, para quienes lo rodean o incluso para un país entero. Un claro ejemplo es el presidente venezolano Nicolás Maduro, quien parece que todas las medidas que toma van encaminadas a destruir a Venezuela.
Pero en fechas recientes hemos visto como hay algo más peligroso que el Pendejo con Iniciativa: Un gran grupo de personas con ideas equivocadas, pero que tienen la iniciativa de salir a la calle y luchar por sus ideales.
El Brexit y la elección de Donald Trump es un ejemplo. En estas elecciones, las cuales fueron tan surreales que los expertos pensaban que no era posible que el Reino Unido saliera de la Unión Europea y que Donald Trump vimos que una multitud de gente equivocada, pero que pasa de los pensamientos y palabras a los hechos pueden cambiar el mundo.
En ambos casos los "intelectuales", los expertos, los conocedores, la gente pensante, la que discutió en los cafés sobre los males que podría ocasionar una votación para salir de la Unión Europea o que sabían que las ideas de Donald Trump aparte de descabelladas son xenofóbicas, irreales, misógenas y ridículas fueron nulificados en las urnas por aquellos que se dejaron seducir por ideas populistas o simplemente se dejaron endulzar el oído por discursos que decían lo que querían oír.
También se dice que el hombre es un animal que como individuo es mucho más inteligente que en manada. Hay que subrayar que dije "manada" y no grupo. Un grupo de personas que analizan un problema y tratan de resolverlo puede que sean más inteligentes que el individuo, pero cuando los humanos tenemos comportamiento de manada la inteligencia se reduce, eso se observa al entrar en pánico las personas en algún aglomeramiento.
También creo que los hombres que razonan por lo regular no son hombres de acción. Prefieren el trabajo mental y la divagación de sus ideas pero no pasan a los hechos tan fácil como aquellos cuyo cerebro no da para tanto. Estos últimos si que rápidamente pasan de la acción a los hechos, lo prefieren a pensar.
Pensar puede resultar agotador y hasta doloroso, mientras que actuar sin cuestionarse es fácil. Esa es una de las muchas razones por las cuales las personas prefieren hacer trabajos repetitivos que innovar.
la solución es que además de dar educación a las personas fomentemos el pensar. Tanto como una ciencia, un arte y como entretenimiento.
Pensar, cuestionar, tener ideas, comprobar que nuestras ideas son correctas, aprender de nuestros errores tiene que ser la norma y no la excepción en nuestra sociedad.
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