sábado, 9 de abril de 2016

Correr a San Luis Río Colorado

Correr de Mexicali a San Luis Río Colorado es un reto que un par de amigos corredores quisieron realizar.  Motivados por correr maratones, medios maratones y entrenar casi diario decidieron probarse yendo de una ciudad a otra.

Carlos fue el de la idea y junto con mi esposa me ofrecí de apoyo logístico y moral. La salida fue a las 4 de la mañana para evitar lo más posible el sol. Aunque también aprovechamos las fechas primaverales porque en esta zona de México hace mucho calor.

 Salimos desde el Fraccionamiento Villa del Cedro en el Nuevo Mexicali  todavía con oscuridad y con mucha motivación. El ritmo era de 5:20 minutos por kilómetro. El clima fresco me motivó a acompañarlos corriendo.

Aunque sea quería hacer 10 kms para sentir que fui parte de la aventura. Una sexta parte no me pareció mal. Además llevaba mi bicicleta para además de apoyarlos sumar kilómetros de ejercicio cardiovascular.
 Al principio todo era felicidad. Un poco de miedo por ver tantos carros con amanecidos en estado festivo y alcohólico nos daba algo de miedo. Pero todo era parte de la aventura.

Parte de la aventura fue que apenas llevando 6 kilómetros y todavía en la zona urbana de Mexicali nos empezó a lloviznar. Rápido esa llovizna se transformó en lluvia. Me empapé. Pero seguíamos contentos. Lo que me hizo dejar de correr casi a los 8 kilómetros fue que mi esposa no quiso seguir manejando en la lluvia.

 Carlos y Adán siguieron corriendo, todavía sin sol salieron de Mexicali. Con la camioneta y por el acotamiento los protegíamos del tráfico que ya empezaba por la transitada carretera de Mexicali a San Luis Río Colorado.

Dejó de llover pero la empapada daría problemas más adelante. El short empapado rosa entre las piernas y los tenis mojados fácilmente sacan ampollas.

 El bullyng psicológico que hice mencionando los sabrosos tacos que hay en el Ejido Nuevo León tuvieron resultados. Una parada técnica para ir al baño y comer unos sabrosos burritos abajo del puente les dieron energía y aire... sobre todo los de frijoles.
 El sol fue benévolo con mis amigos, ya que al salir lo hizo entre nubes y eso impidió que demostrara su calor abrazador típico de Mexicali. Eso les dio más ánimo para continuar con su reto personal. Pero poco a poco el ritmo iba bajando aún cuando trataban de mantenerlo.
 Ya con la luz del sol mi esposa empezó a animarse y decidió acompañar  a Carlos y Adán aunque sea algunos kilómetros. El que ella los acompañara los hizo mantener el ritmo y seguir ya por el Valle de Mexicali. Ya no había tantas sonrisas como al principio.
 Doce kilómetros los acompañó ella, pero aún no tiene ritmo como para haberlos acompañado hasta el final. Así que decidí acompañarlos un momento en bicicleta y de esa manera apoyar llevándoles agua y snacks.

Ir en bicicleta a un lado de corredores que ya llevan más de 30 kilómetros de recorrido es algo aburrido y poco demandante. Es aburrido porque uno les hace plática y ya no responden. Es poco demandante porque casi no ocupas pedalear para ir a su ritmo.

Lamento decirlo, pero estoy seguro que él lo lamenta más, pero Carlos fue el primero en desistir. Faltaban menos de 20 kms. Pero ya el esfuerzo era muy grande, un maratón. Triste decidió subirse a la camioneta.

Adán quiso seguir un poco más. Cinco kilómetros más - dijo.
 Fue ahí cuando decidí que mientras Adán hacía sus últimos kilómetros yo le daría de regreso a Mexicali en bici hasta que me alcanzaran. La bicicleta que llevé, una folding bike. No es la indicada para recorrer grandes distancias, pero tenía ganas de aprovechar el viento a favor.
 Alcancé a recorrer 22 kilómetros mientras Adán terminó, se subió a la camioneta y regresaron hasta alcanzarme.

Al subirme a la camioneta los vi llenos de cansancio. Mucho sudor y ojos hundidos. Pero por fortuna de buen ánimo.
 Aunque no lograron llegar hasta la caseta de peaje de San Luis Río Colorado venían de buen ánimo por la experiencia realizada. El esfuerzo fue grande, la distancia de un maratón pero sin los demás competidores que van motivando a seguir.
 Tal vez en otoño, a principios del invierno o hasta la siguiente primavera. Pero no dudo que después logren completar el trayecto hasta San Luis. Pero aunque no lo hagan esta fue una bonita experiencia incluso para mí, que fui apoyo con el vehículo.
 Les propuse llevarlos hasta el puente de San Luis en la camioneta para que se tomaran la foto pero no quisieron, no habría honor en ello. Y si cambian de opinión existe el photoshop.






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