Yo odiaba a Michael Jordan. A finales de mi infancia me volví fan de Larry Bird por ser un jugador cerebral y de los Detroit Pistons por su gran juego en equipo y defensa. Jordan era el hombre de un equipo de un hombre.
Todo lo hacía él y parecía que hacía trampa de lo fácil que hacía todo. Los chicos malos de Detroit con su gran estratega Chuck Daly se tenían que emplear a fondo para defenderlo y eso que solo tenía ayuda de Scottie Pipen.
Hubo un momento, no recuerdo cuando, que me surgió el pensamiento: Nunca veré otra vez alguien como él en este deporte. Y dejé de odiarlo y empecé a admirarlo. Su cuerpo hacía lo que su mente le decía, y lo que le decía era magia, jugadas fantásticas, pases, rebotes y algo que odian las estrellas actuales: asistencias.
Acabo de recordar, fue la final contra los Portland Blazers. Los de Portland tenían un gran equipo y empezaron con enjundia, pero Jordan empezó a aniquilarlos con tiros de tres puntos, algo que si bien sabía hacer no era su estrategia principal, como lo era de Paxon y después de Kerr.
El caso es que estoy empezando a revivir todo eso con la nueva serie - documental de Netflix "El Último Baile (The Last Dance). Aclaro que apenas he visto el primer capítulo y ya quiero ver todos los demás, pero la edad me ha enseñado que las cosas buenas se disfrutan más poco a poco.
La serie se sitúa temporalmente cuando los Chicago Bulls de Jordan ya han obtenido 5 campeonatos de la NBA y buscan el sexto, una gran nostalgia para mi que en ese tiempo estudiaba la universidad y ya era un veterano fan de la NBA.
Debo decir algo que denotará mi ruquez: el basquetbol que me tocó ver fue el mejor que ha habido y habrá (1985 - 2010). Dejé de verlo cuando LeBron James pasó de Cleveland a Miami, algo inconcebible, era como si Michael Jordan se hubiera ido de Chicago a los NY Nicks en la cúspide su carrera. Una vez más el dinero era más importante que la competencia deportiva.
Otra cosa que me cansó fue que desde que Michael era el mejor jugador de la NBA, la liga y los comentaristas norteamericanos se la pasaban diciendo: "fulanito es el nuevo Michael Jordan", lo dijeron de Vince Carter, de Kobe Bryant y no recuerdo de cuantos más, creo que hasta decían es el próximo Michael Jordan blanco.
Nunca ha habido otro Michael Jordan, ni blanco, negro, amarillo o azul. Siempre tratan de polemizar los comentaristas y tratan de hacer el debate de quien ha sido mejor jugador: Michael Jordan, Kobe Bryant o Lebron James. No hay debate, Jordan fue muy superior a ellos.
Además después de él, y empecé a verlo con Bryant, hubo una tendencia que inició en la NBA y se extendió a todas las ligas profesionales de todos los deportes de crear ídolos con excelentes atletas que reciben millones de dólares, están por encima de sus entrenadores y son consentidos de los árbitros y de las ligas.
Lo hacen con la intención de crear Michaels Jordans no por su juego, sino por las ganancias que dejan. Más camisetas, más comerciales y más publicidad.
Espero que esta serie de Netflix le haga justicia al deporte, a Michael Jordan y a mi nostalgia.
miércoles, 22 de abril de 2020
lunes, 20 de abril de 2020
Te quedó muy grande el dedo o muy chico el anillo.
Esta crisis nos cayó como anillo al dedo para hacer la cuarta transformación - dijo el Presidente de México Andrés Manuel López Obrador, refiriéndose a la crisis provocada por el Covid-19, crisis que además de afectar la salud afecta la economía nacional.
Supongo que en la blanca cabeza de nuestro maquiavelico presidente había la intención de ser un magnífico marinero de tempestades. Al final de cuentas lo del coronavirus es puro cuento, siempre ha pensado, además se puede aprovechar el momento para aumentar el control del gobierno sobre la sociedad y la economía.
Pero como buenos socialistas latinoamericanos, los miembros de la cuatrote nunca tomaron en cuenta la economía para sus planes. Ideológicamente tienen un desdén contra los mercados, pero los mercados, como fuerza de la naturaleza, no les interesa si crees en ellos y si no estás preparado te arrasan como náufrago en la tempestad.
¿A qué voy con todo esto? A que aunque nuestro presidente ignora los mercados, no lee el Financial Times y cree que puede negociar con los dirigentes árabes anteponiendo la ideología a los negocios y ahora tiene que enfrentar un problema que aunque no lo acepte ya acabó con su cuarta transformación. Cualquiera que esa fuera.
El día de hoy el precio del barril de petróleo WTI (West Texas Intermediate), este tipo de barril de petróleo se usa como referencia para todos los demás, cayó a precio negativo, una rareza porque significaría que si quieres un barril de petróleo te lo dan y todavía te pagan por llevártelo.
El problema es que lo que significa es que en estos momentos nadie quiere comprar petróleo ¿Por qué? Porque hay demasiado petróleo en el mundo, no me refiero al que está bajo tierra, sino en bodegas y refinerías para procesarse y por si fuera poco uno de sus principales productos, la gasolina, pues también hay mucha almacenada que no se está usando.
Todo eso es malo para México que es un país que tiene una buena parte de sus ingresos fiscales de la venta de petróleo y hay que recordar que la calidad de nuestro petróleo es inferior a la del barril WTI, osea que se vende más barato que ese.
¿Qué significa eso para nuestro presidente? Qué si no le había quedado claro que era mala idea hacer sus proyectos capricho como el aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya y sobre todo, muy sobre todo la refinería de Dos Bocas, ahora no sólo es mala idea, sino que no habrá ni un centavo para hacerlo.
Lo más probable, como se ha visto hasta ahora, seguirá montado en su ganso y no querrá detener sus proyectos, por más que sea quitarle dinero al sector salud que tanto lo necesita y cavar más el hoyo en el que nos estamos hundiendo.
¿El petróleo volverá a subir? Por su puesto, la economía mundial lo necesita, pero primero necesitamos consumir el excedente y eso no pasará hasta que la economía se reactive y volvamos a salir y andar en automóvil, encender las fábricas, etc. etc. Osea que no será de inmediato.
Eso sin contar que la economía basada en el petróleo va en declive por el éxito que están teniendo los autos eléctricos que poco a poco van ganando terreno.
https://www.elfinanciero.com.mx/mercados/colapsa-el-petroleo-a-menos-de-2-dolares-por-barril
Supongo que en la blanca cabeza de nuestro maquiavelico presidente había la intención de ser un magnífico marinero de tempestades. Al final de cuentas lo del coronavirus es puro cuento, siempre ha pensado, además se puede aprovechar el momento para aumentar el control del gobierno sobre la sociedad y la economía.
Pero como buenos socialistas latinoamericanos, los miembros de la cuatrote nunca tomaron en cuenta la economía para sus planes. Ideológicamente tienen un desdén contra los mercados, pero los mercados, como fuerza de la naturaleza, no les interesa si crees en ellos y si no estás preparado te arrasan como náufrago en la tempestad.
¿A qué voy con todo esto? A que aunque nuestro presidente ignora los mercados, no lee el Financial Times y cree que puede negociar con los dirigentes árabes anteponiendo la ideología a los negocios y ahora tiene que enfrentar un problema que aunque no lo acepte ya acabó con su cuarta transformación. Cualquiera que esa fuera.
El día de hoy el precio del barril de petróleo WTI (West Texas Intermediate), este tipo de barril de petróleo se usa como referencia para todos los demás, cayó a precio negativo, una rareza porque significaría que si quieres un barril de petróleo te lo dan y todavía te pagan por llevártelo.
El problema es que lo que significa es que en estos momentos nadie quiere comprar petróleo ¿Por qué? Porque hay demasiado petróleo en el mundo, no me refiero al que está bajo tierra, sino en bodegas y refinerías para procesarse y por si fuera poco uno de sus principales productos, la gasolina, pues también hay mucha almacenada que no se está usando.
Todo eso es malo para México que es un país que tiene una buena parte de sus ingresos fiscales de la venta de petróleo y hay que recordar que la calidad de nuestro petróleo es inferior a la del barril WTI, osea que se vende más barato que ese.
¿Qué significa eso para nuestro presidente? Qué si no le había quedado claro que era mala idea hacer sus proyectos capricho como el aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya y sobre todo, muy sobre todo la refinería de Dos Bocas, ahora no sólo es mala idea, sino que no habrá ni un centavo para hacerlo.
Lo más probable, como se ha visto hasta ahora, seguirá montado en su ganso y no querrá detener sus proyectos, por más que sea quitarle dinero al sector salud que tanto lo necesita y cavar más el hoyo en el que nos estamos hundiendo.
¿El petróleo volverá a subir? Por su puesto, la economía mundial lo necesita, pero primero necesitamos consumir el excedente y eso no pasará hasta que la economía se reactive y volvamos a salir y andar en automóvil, encender las fábricas, etc. etc. Osea que no será de inmediato.
Eso sin contar que la economía basada en el petróleo va en declive por el éxito que están teniendo los autos eléctricos que poco a poco van ganando terreno.
https://www.elfinanciero.com.mx/mercados/colapsa-el-petroleo-a-menos-de-2-dolares-por-barril
Suscribirse a:
Entradas (Atom)