Mis tiempos iban mejorando. Cada vez sentía más fácil correr y con menor esfuerzo. Mis 11 kilómetros por la mañana ya me dejaban menos agotado y los hacía cada vez más veloz.
Cada mañana al ponerme mis audífonos, mi ropa deportiva, mis tenis y salir a correr por las calles de mi ciudad sentía que podía mejorar mi desempeño. Cosa que si estaba ocurriendo, cada vez me sentía menos pesado, con más aire y ya casi podía correr los kilómetros en 5 minutos.
Pero entonces el dolor llegó. Todo empezó con una ligera molestia en el talón de mi pierna derecha. La primera vez pensé que se debía a alguna piedra que pise y mis super tenis deportivos especiales para correr no pudieron absorber del todo su impacto.
Luego las cosas empeoraron. Empezó a molestarme un poco al iniciar mi carrera, pero pensé que se debía a que todavía no entraba bien en calor. Ya se me pasará, pensaba, y pasaba.
La preocupación llegó cuando el talón me empezó a doler en plena carrera, pero necio, seguí corriendo pensando -Ya se me pasará. No fue así. El dolor aumentó incluso en algún momento de esos 11 kms sentí como si una ampolla me hubiera reventado dentro del talón, lo cual en el momento fue un alivio y pude continuar corriendo, pero cuando mi pie se enfrió no podía apoyar con esa pierna y me molestaba bastante.
Pero como no me gusta ir al Doctor, porque usualmente mis alternativas son el Dr. Simi o hacer una cita en el ISSSTE decidí dejar de correr por un tiempo.
Ante el riesgo de perder toda la condición ganada, decidí andar en bicicleta y así empecé a recorrer 30 kilómetros diarios, lo cual no me parece mucho. Obviamente el ciclismo no exige el golpeteo para el talón que se da al correr, sin embargo, si requiere un esfuerzo de las piernas y al final de los recorridos no siento el talón lastimado, pero si cansado.
Después de dos semanas sin correr, decidí probar suerte. Me disfracé de corredor, me puse mis audífonos para escuchar canciones motivadoras para correr, calenté y salí con la mejor actitud, pero en el primer kilómetro el talón empezó a molestarme.
La terquedad es uno de mis grandes defectos o tal vez sea virtud, pero en este caso hizo que recorriera más de 6 kilómentros con la esperanza de que la molestia desapareciera por arte de magia. No fue así, corrí solo 6.6 kilómetros porque la molestia se transformó en dolor y no pude seguir y terminé caminando a casa.
Tengo cita para el médico y otra vez dejé de correr. Es algo molesto que tendré que descansar por un tiempo y perderé condición.
Tal vez el origen de todo está en que tengo 4 pares de tenis y los alterno. Porque peso mucho para un corredor de 10 o más kilómetros o por mi técnica para correr.
Espero que la respuesta médica no sea que es por la edad, que pueda volver correr pronto y mejore mi rendimiento sin lastimarme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario