Nunca creí que pudiera correr un medio maratón pero ya lo hice. Este pasado domingo en Ensenada, Baja California por primera vez en mi vida corrí los 21 kilómetros en 1 hora y 57 minutos, lo cual es un gran logro para mi.
Ese es el tiempo que vi en el reloj de la llegada y coincide con el que me marcó la aplicación de mi celular. Obviamente no tengo nivel para pelear por un lugar y menos en mi categoría, la cual es muy reñida con buenos corredores. Me alegro, porque si algo estuvo mal organizado fue la repartición de premios.
Después de un año de correr con fines más que nada solidarios, lúdicos y de salud me dejé convencer por mi esposa y realicé mi primer medio maratón.
El escenario es muy bonito al ser en la llamada Cenicienta del Pacífico tuvimos parte del recorrido cerca del mar y el clima mediterráneo fue más que benevolente, las subidas y bajadas no lo fueron tanto.
Al vivir en el desierto estoy acostumbrado al terreno plano, las subidas y bajadas de la ruta ensenadense me exigieron pero por suerte no me derrotaron.
Hace muchos años mientras veía los Juegos Olímpicos por televisión escuché que la prueba del maratón nació en honor al épico recorrido de un mensajero del ejército griego de la antigüedad que recorrió corriendo los poco más de 42 kilómetros entre la ciudad de Atenas y Marathon, donde se llevaba a cabo un combate contra los persas.
Al llegar a Atenas el primitivo atleta cayó muerto por el esfuerzo realizado. Supongo que además de posibles heridas de batalla corrió a campo traviesa con equipo militar de la época y sandalias de aquel tiempo, lo cual hizo mucho más difícil el recorrido.
Aún así me quedó la impresión de que aquellos atletas que corrían el maratón en las olimpiadas eran unos locos. Pero como dicen: Lo que no te gusta en tu casa lo has de tener (bueno, la idea es esa) y ahora estoy casado con una corredora.
Como siempre la salida es pura felicidad. Llena de competidores que salen sin parecer recordar que es un medio maratón y arrancan a velocidades como si se tratara de una competencia de 5 kilómetros. Tampoco faltó el gracioso que grita chistes y frases de aliento los primeros tres kilómetros y después ni habla ni se vuelve a saber de él. También estuvieron presentes las chicas de gimnasio, zumba, bootcamp y otras disciplinas que van hasta uniformadas con sus camisas distintivas. Igual los hombres, algunos lucen sus pesadas musculaturas de gimnasio con pesas sin recordar que más que fuerza se necesita condición física y paciencia para recorrer grandes distancias. A todos ellos se les deja de ver después de los primeros 12 kilómetros.
Por cierto ¿Soy solo yo o a los demás también les molestan los espectadores que gritan ¡ánimo animo!?
Después de un turístico inicio en Playa Hermosa y los primeros kilómetros por el bulevar costero las subidas de la carretera escénica te hacen recordar que no es un paseo cualquiera, que el medio maratón requiere un gran esfuerzo. Recordé una enseñanza de mis días de ciclista: Después de cada subida viene una bajada. Eso siempre me da ánimo.
Pasamos por una zona residencial de Ensenada y luego por calles del centro de la ciudad, con tráfico y tiendas. Ya para entonces no prestaba mucha atención de lo que no fuera la carrera. Pasando los primeros 15 kilómetros me sentía bien. Todo gracias a que mi esposa me marcó el ritmo hasta ese momento, pero a partir de ahí me dijo: Todavía traes energía ¡pisale! Motivado porque ella creyera que podía más aceleré.
Al dejar a mi esposa atrás empecé a pasar corredores y al dar vuelta hacia donde yo suponía estaba el mar pensé que sólo me quedarían un par de kilómetros pero no fue así, ese recorrido se me hizo eterno.
En el último kilómetro vi a un amigo corredor. Iba a saludarlo, pero ambicioné ganarle, así que decidí pasar desapercibido y rebasarlo sin que me notara. Mi estrategia falló, me saludó y aceleró. No pude alcanzarlo, así que llegué a la meta justo detrás de él.
Orgullosamente tomé mi medalla y lo que más me interesaba, la camiseta conmemorativa, así que ahora que entrene podré lucirla demostrando que corrí un medio maratón. Quien sabe, tal vez si sigo así luego corra un maratón completo.
Aunque la organización fue buena en cuanto a la salida, los regalos y la vigilancia policiaca existen algunas cosas que dejan mal sabor de boca.
La principal fue ver que pese a que corrimos con chip tardaron horas para determinar los lugares de llegada de los primeros lugares. Reclamos, gritos, insultos inconformidades se escucharon. Para mi eso no afectó, pues no llegué en los primeros lugares, pero se me hace una falta de respeto para quienes dan su máximo esfuerzo.
Otra cosa que no me agradó es que se dieran premios para "ensenadenses". Me parece ridículo que se haga distingo por ciudad de nacimiento en un evento deportivo. Me parece una especie de racismo tercermundista.
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