miércoles, 11 de mayo de 2016

Medio Maratón de Ensenada

Nunca creí que pudiera correr un medio maratón pero ya lo hice. Este pasado domingo en Ensenada, Baja California por primera vez en mi vida corrí los 21 kilómetros en 1 hora y 57 minutos, lo cual es un gran logro para mi.
Ese es el tiempo que vi en el reloj de la llegada y coincide con el que me marcó la aplicación de mi celular. Obviamente no tengo nivel para pelear por un lugar y menos en mi categoría, la cual es muy reñida con buenos corredores. Me alegro, porque si algo estuvo mal organizado fue la repartición de premios.
Después de un año de correr con fines más que nada solidarios, lúdicos y de salud me dejé convencer por mi esposa y realicé mi primer medio maratón.
El escenario es muy bonito al ser en la llamada Cenicienta del Pacífico tuvimos parte del recorrido cerca del mar y el clima mediterráneo fue más que benevolente, las subidas y bajadas no lo fueron tanto.



Al vivir en el desierto estoy acostumbrado al terreno plano, las subidas y bajadas de la ruta ensenadense me exigieron pero por suerte no me derrotaron.
Hace muchos años mientras veía los Juegos Olímpicos por televisión escuché que la prueba del maratón nació en honor al épico recorrido de un mensajero del ejército griego de la antigüedad que recorrió corriendo los poco más de 42 kilómetros entre la ciudad de Atenas y Marathon, donde se llevaba a cabo un combate contra los persas.
Al llegar a Atenas el primitivo atleta cayó muerto por el esfuerzo realizado. Supongo que además de posibles heridas de batalla corrió a campo traviesa con equipo militar de la época y sandalias de aquel tiempo, lo cual hizo mucho más difícil el recorrido.
Aún así me quedó la impresión de que aquellos atletas que corrían el maratón en las olimpiadas eran unos locos. Pero como dicen: Lo que no te gusta en tu casa lo has de tener (bueno, la idea es esa) y ahora estoy casado con una corredora.
Como siempre la salida es pura felicidad. Llena de competidores que salen sin parecer recordar que es un medio maratón y arrancan a velocidades como si se tratara de una competencia de 5 kilómetros. Tampoco faltó el gracioso que grita chistes y frases de aliento los primeros tres kilómetros y después ni habla ni se vuelve a saber de él. También estuvieron presentes las chicas de gimnasio, zumba, bootcamp y otras disciplinas que van hasta uniformadas con sus camisas distintivas. Igual los hombres, algunos lucen sus pesadas musculaturas de gimnasio con pesas sin recordar que más que fuerza se necesita condición física y paciencia para recorrer grandes distancias. A todos ellos se les deja de ver después de los primeros 12 kilómetros.
Por cierto ¿Soy solo yo o a los demás también les molestan los espectadores que gritan ¡ánimo animo!?
Después de un turístico inicio en Playa Hermosa y los primeros kilómetros por el bulevar costero las subidas de la carretera escénica te hacen recordar que no es un paseo cualquiera, que el medio maratón requiere un gran esfuerzo.  Recordé una enseñanza de mis días de ciclista: Después de cada subida viene una bajada. Eso siempre me da ánimo.
Pasamos por una zona residencial de Ensenada y luego por calles del centro de la ciudad, con tráfico y tiendas. Ya para entonces no prestaba mucha atención de lo que no fuera la carrera. Pasando los primeros 15 kilómetros me sentía bien. Todo gracias a que mi esposa me marcó el ritmo hasta ese momento, pero a partir de ahí me dijo: Todavía traes energía ¡pisale! Motivado porque ella creyera que podía más aceleré.
Al dejar a mi esposa atrás empecé a pasar corredores y al dar vuelta hacia donde yo suponía estaba el mar pensé que sólo me quedarían un par de kilómetros pero no fue así, ese recorrido se me hizo eterno.
En el último kilómetro vi a un amigo corredor. Iba a saludarlo, pero ambicioné ganarle, así que decidí pasar desapercibido y rebasarlo sin que me notara. Mi estrategia falló, me saludó y aceleró. No pude alcanzarlo, así que llegué a la meta justo detrás de él.
Orgullosamente tomé mi medalla y lo que más me interesaba, la camiseta conmemorativa, así que ahora que entrene podré lucirla demostrando que corrí un medio maratón. Quien sabe, tal vez si sigo así luego corra un maratón completo.
Aunque la organización fue buena en cuanto a la salida, los regalos y la vigilancia policiaca existen algunas cosas que dejan mal sabor de boca.
La principal fue ver que pese a que corrimos con chip tardaron horas para determinar los lugares de llegada de los primeros lugares. Reclamos, gritos, insultos inconformidades se escucharon. Para mi eso no afectó, pues no llegué en los primeros lugares, pero se me hace una falta de respeto para quienes dan su máximo esfuerzo.
Otra cosa que no me agradó es que se dieran premios para "ensenadenses". Me parece ridículo que se haga distingo por ciudad de nacimiento en un evento deportivo. Me parece una especie de racismo tercermundista.

martes, 10 de mayo de 2016

La mejor mamá del mundo, mi mamá.

Tal vez no estén de acuerdo con el título, pero para mi siempre será la mayor verdad del mundo y espero la compartan conmigo cuando menos dos personas: mis hermanos Dany y Paty.
Siendo el primer hijo, conmigo le tocó empezar a ser llamada mamá, pero ya era una gran hija y gran persona. Pese a que mis abuelos no veían necesidad de que estudiara, decidió ser enfermera y ejerció esa profesión con gran cariño hasta que se jubiló, pero sigue atendiéndonos a nosotros cuando enfermamos, así que para mi todavía ejerce.
No pudimos tener peor inicio, prematuro, cordón umbilical enredado, desangrándose y salvado por el médico anestesiólogo ambos sobrevivimos de milagro. Aunque no tiene hijo favorito, se que eso nos da un vínculo especial.
Ese inicio prematuro y enfermizo y con algún comentario médico de que no viviría mucho hizo que me prestara especial atención así que me hizo un niño muy bien comido y al poco tiempo ni quien sospechara que pesé poco al nacer.
Recuerdo como a pesar de ser mamá joven y trabajadora pasamos mucho tiempo de calidad juntos. Como todo niño recuerdo esos interminables recorridos por supermercados y tiendas para encontrar todo a los mejores precios y aún así me compraba algo para consentirme.
Desde niño siempre habló conmigo con la verdad, por eso soy tan malo para mentir. Nunca me salió con eso de que si te portas mal ese señor se va a enojar o hay viene el coco.
Siempre ha sido una excelente cocinera, aunque frases como "aquí no es restaurante", "lo que haya vamos a comer", "vamos a comer comida", "no andes escogiendo en las cazuelas", son lo común en su cocina.
Cuando empecé a ir a la escuela su preocupación fue que no me hicieran "bullyng", aunque en ese tiempo no se llamaba así. Así que un día me recomendó que si alguien me molestara no me dejara y si trataban de pegarme, que les pegara más fuerte. Con una recomendación como esa  gané mis primeras peleas. Aunque claro, cuando le pasaron ese reporte en la escuela, no le hizo tanta gracia.
Al estar de enfermera por las tardes, nos dejaba tareas sencillas que cumplir además de hacer la tarea. Sacar la basura, barrer, trapear, lavar platos. ¿Dije que no me echaba mentiras? Acabo de recordar una: cuando era niño y le ayudaba a trapear me decía que dejaba muy bonito, entonces yo feliz seguía trapeando toda la casa. Ahora que lo recuerdo supongo que dejaba todo chorreado pero así me motivaba.
Al ir creciendo la relación con nuestras mamás cambia. Aunque queremos distancia siempre las necesitamos. Siempre ha estado ahí sin ser metiche u hostigosa. Pese a que me casé a los 39 años de edad nunca me presionó ni me dijo la típica frase de quiero conocer a mis nietos antes de morir.
Ya con dos de sus tres hijos casados trata de no meterse en sus relaciones matrimoniales y se lleva bien con yerno y nueras.
Es una joven abuela como la de las historias. Quiere muchos a sus nietos y es bien recompensada con el gran amor que le profesan.
En los buenos momentos como cumpleaños, graduaciones, navidades etc. siempre ha estado con nosotros, pero también en los peores y eso se aprecia igual o más.
Hoy cumple unos poquitos años de vida. Espero que se conserve muchos años más para que mis hijos la conozcan y siga haciendo mis comidas favoritas.
Al igual que no soy mandilón sino que tengo una esposa que me ama y amo. Tampoco tengo mamitis, solo que tengo a la mejor mamá del mundo.
Mención especial para mis abuelas Cary (q.e.p.d.) y Teresa. Que si bien compartieron el hecho de ser poco expresivas nunca nos faltó amor de su parte.
También quiero felicitar a mi esposa Elma que este sería su primer día de las madres. O más bien lo es, pero de nuestro angelito Carlos Daniel.